Hoy en día, estamos acostumbrados a una vida de alto consumo, de estrés, de comida rápida, de todo rápido. Compramos camisetas, ropa interior, vestidos, modelitos a “tuti plen” por impulsos, por moda, porque ahora se lleva este tipo de vestido largo con este corte, y yo lo necesito, aunque solo me lo vaya a poner una vez.
No nos planteamos, el impacto de comprar ese vestido. ¿Cuánto dinero te cuesta? Esto significa que… si te cuesta 50€, cuánto tiempo vas a tener que estar trabajando tú para ganar esos 50€? Un momento, no piensas esos 50€ como ingreso. Cuéntalo como Beneficio. Piensa en cuánto ganas - pagado impuestos - resta los gastos fijos que tienes (piso, comida, luz, agua, teléfono, gimnasio..). ¿Cuánto te queda? Pues bien… Es posible que para pagar ese vestido de 50€ tengas que estar trabajando una semana? Igual ya no es tan bonito...
Un paso más, ¿Has mirado la etiqueta del vestido? ¿De qué está hecho? ¿Donde está hecho? ¿Nos importa? La mayoría de la ropa que vestimos está fabricada con Poliéster. El políester es un plástico. Un material, que en cada lavado de ese vestido en la lavadora vierte al agua, que acaba en el mar, 700.000 fibras de plástico. Material que tarda en descomponerse, 500 años. Imagina por un momento, un armario entero de vestidos de plástico, por toda la población solo de España. 42 Millones de personas? Hagan el cálculo ustedes, si lavamos el vestido unas 30 veces al año, porque yo prefiero no pensarlo.
Y.. si es tan dañino para el medio-ambiente, quizás, podría serlo para nuestra salud, también. El poliéster es un material sintético, en función del fabricante y del tejido, puede contener más o menos tóxicos. Lo que sí es una realidad es que es un material que no transpira. No deja respirar a tu piel. Y es mucha la superficie cubierta por nuestra ropa. Como tu piel no respira, los tóxicos liberados -aunque sean en muy poca cantidad- por el políester, si no pueden volar, los absorberá tu piel.
Después no entendemos por qué se nos irrita la piel, nos pica, nos salen ronchas… tampoco entendemos por qué hay tanto cancer a día de hoy. De verdad nadie se pregunta por qué? No lo hay que preguntarse Qué comemos? Qué vestimos? y Qué hacemos? Porque el estrés… es otro cantar.
Qué pasa si esto nos lo llevamos a la ropa interior. Os habéis fijado alguna vez por qué las braguitas tienen un trocito de tela de algodón, justo en la zona más íntima? Quizás porque el material del que están hechas… no es el idóneo para ese tipo de prendas. Quizás porque se necesita un material que transpire. Y para eso, tenemos que acudir al material de toda la vida: El algodón, que ahora tiene que ser orgánico. Mira el post sobre ¿Por qué vestir lencería de Algodón Orgánico?.
Bien, ya hemos enumerado varios impactos: Económico, en el medio ambiente, en tu salud.
¿Hay un impacto en el lugar de fabricación? ¿Explotación? En el artículo ¿Nos importa el lugar de fabricación de una prenda? Hago una reflexión sobre ello.
Te invito a reflexionar, sobre tu estilo de vida, sobre tus impulsos ante la presión de la moda en el mundo en que vivimos. Menos es más. Siempre se ha dicho. Menos prendas pero de más calidad. Menos de todo, pero de más calidad. Al final se convertirá en, más vida, y de más calidad.