La piel es el órgano más grande del cuerpo. Se encarga de proteger al organismo de agentes nocivos externos.
En una introducción algo técnica, sabemos que la piel se compone de varias capas: Epidermis, Dermis e Hipodermis. La Epidermis es la capa externa compuesta por distintas capas de entre 01.-0.3 mm de espesor. La capa externa es conocida como Estrato Córneo, una capa que actúa como un impermeable evitando la pérdida de agua y otros elementos necesarios para la piel, y a su vez la protege de la oxidación y agentes ambientales.
Un problema de la piel es el inevitable envejecimiento por el paso del tiempo. Sin embargo este puede agravarse por la exposición solar, la contaminación o agentes químicos irritantes. Los cambios que se produzcan en esta capa, pueden alterar no solo la estética si no también la funcionalidad protectora de la misma. Según la Tesis Doctoral "Estudio físico-químico de fluidos complejos de uso cosmético" de Laura Fernández Peña, en la Universidad complutense de Madrid.
Dicho esto, considerando que hay una capa que protege al organismo y que puede verse afectada por agentes externos contaminantes y químicos, podríamos preguntarnos si las fibras sintéticas y las no orgánicas podrían también afectar a nuestra piel?
Las fibras sintéticas como el poliéster contienen sustancias dañinas para el organismo. Las más comunes en ropa interior y pijamas son fltalatos, nonifenoles, azoicos y dispersantes. Estos elementos, según un estudio de la Ocu, por orden de enumeración, pueden tener efectos sobre el sistema reproductivo, efectos corrosivos para la piel y el aparato respiratorio, o cancerígenos o alérgicos para la piel. Para más información sobre agentes nocivos de los tejidos puedes leer el post: ¿el poliéster crea cáncer?
Por tanto, sin ser expertas en la materia, parece que según los estudios, sí es importante plantearse los componentes de los tejidos que llevamos puestos, al menos durante muchas horas del día.